Grandes expresiones, si señor, sobre todo cuando de verdad, pero de
verdad, no de boquilla, las podemos utilizar. Muchas veces, cuando hablo con mujeres de
otras culturas sobre, por ejemplo, el modo de vestir o actitudes vitales que a
mi me resultan curiosas, muchas veces me dicen que lo hacen porque ellas son
así, por elección propia y yo tiendo a cer en el juicio, pienso que si es
realmente una mera cuestión de influencia cultural y bla, bla, bla.
Cuando
me paro a pensarlo y juzgo (¡como si yo fuese alguién para decir que es lo que está bien o está mal!) que realmente no lo hacen por qué quieren sino por
mero condicionamiento social me miro al espejo y digo, ¿y yo? ¿realmente hago las cosas porque quiero o por qué es lo que se
espera de mi? Y si, muchas veces hago las cosas porque realmente quiero, pero
muchas otras no.
Párate
a pensarlo, ¿cuanta gente hay que estudia una carrera, se compra un piso, busca
un trabajo y un largo etc.. porque toca? ¿No estaremos cayendo nosotras también
en eso? A mi me decía la gente hace años que era una persona muy diplomática
pero hace tiempo que no me lo dicen, ¿por qué será?
A
raiz de vivir en Alemania y no tener los recursos linguísticos en mi idioma e
influída también en parte por el caracter alemán, decía las cosas de una manera
muy directa, en ocasiones hasta caía en la bordería.
Lo
curioso es que cuando estoy en España, aquí sí que tengo los recursos
linguísticos para ser diplomática, pero ya no lo soy, soy directa, incluso a
veces hasta demasiado, y yo me preguntó ¿será que ya no soy diplomática? o peor
aún, ¿será que nunca lo fuí?
He
ahí la cuestión, me gusta ser diplomática, pero sólo a veces, sólo cuando lo
que tengo que decir puede herir a alguien, entonces si, pero porque quiero,
porque si está en mi mano le quiero evitar un mal rato a alguien.Pero no, la
verdad es que en general no me apetece ser diplomática y andarme por las ramas,
me apetece mucho más llamar a alguien rabo
lechón cuando lo creo necesario que andarme con circunloquios. Pero en
cierto modo era lo que se esperaba de mi y yo asumí mi rol asumiéndolo como
propio.
Y
esto no es más que un ejemplo un tanto simplón, pero ¿cuantas cosas hacemos por agradar a otros, por no defraudar las
expectativas de nuestra familia, por no quedar mal o peor aún y esto es lo más
habitual, por pertenencia, por no ser el raro, el que en todo difiere, el
desplazado, el perro verde?.
A
la mayoría de nosotros no nos gusta ser los raros y nos intentamos adaptar lo
máximo posible y lo conseguimos, nos adaptamos, pero pagando un precio muy alto
que es renunciar a nuestra identidad por el miedo al rechazo, a la crítica y a
sentirnos juzgados. Todo esto está muy bien,
¿por qué no evitarnos dolor si está en nuestra mano?
Ahora
díme, ¿no te duele sentirte insegura, no saber lo que quieres, no saber por qué
haces las cosas ni saber para que te levantas por las mañanas? ¿Te compensa pagar un precio tan alto por
sentirte intregrado?
Al adaptar tu esencia
por sentirte integrado la vas perdiendo, poco a poco, sin darte cuenta. ¿Cómo
entonces no vas a sentir dudas, miedo, inseguridad? La buena noticia es
que cuando reconectas con tu esencia vuelves a recuperar tu poder, porque te
conoces, conoces tus recursos, tus razones, tus valores,todo aquello que
siempre ha estado dentro de tí y todo aquello que te va a llevar exactamente al
lugar donde quieras estar.
Es
como una jirafa metida en la piel de un hipopótamo, le duele el cuello y piensa
que es su culpa por no hacer algo bien, pero en cuanto se quita ese traje que
no le corresponde se empieza a sentir cómoda en su piel, a estirar el cuello y
entonces puede ver los arboles que antes no veía porque ya no tiene el cuello
entumecido.
A
fin de cuentas, la autenticidad es, desde mi punto de vista, algo que podemos
ir trabajando a diario. Cada vez que dices no cuando quieres decir no, cada vez
que te acercas más a lo que te gusta y dejas de lado lo que no te convence, te
vas convirtiendo en una mejor versión de ti misma. Por eso invito a todas (y a mi misma también, claro) a ocuparnos de
esta área, a sacar lo mejor de nosotras mismas. En realidad lo bonito de
trabajar en esta área es el disfrute que ello conlleva.
Para
ver este concepto de una manera desenfadada y graciosa os dejo un video que me
gusta:
“Una es más auténtica
cuanto más se parece a lo que ha soñado de si misma” lo dice “La agrado” de
la peli “Todo sobre mi madre”, de Almodovar, por si os gusta aquí os pongo el
enlace del monólogo en el que dice la frase: https://www.youtube.com/watch?v=iBh2PGBDn1Q
Si
eres más de acción, aquí te dejo una de mis lecciones de motivación favoritas
de la película Rocky Balboa, también relacionada con no perderse y ser fiel a
nuestra esencia. Para mi la película es la bomba en sí misma, lecciones de
motivación por doquier:
Reconecta
contigo:
-Conocerse
es clave: que haces, que piensas,
que es lo que quieres. Conocerte es indispensable para alcanzar lo que quieres
y sentirte a gusto contigo misma.
-¿Cuales
son tus valores?
Piensa que es importante para ti, a nivel personal, laboral o cualquier otro
nivel, piensa si para tí son importantes, por ejemplo, la honestidad y la
libertad o si te decantas por otros como el prestigio y el reconociento, todo
es valido.
-Se fiel
a tus valores
y haz que tus acciones casen con ellos.
-Asume la responsabilidad en tu vida: es mejor hacer algo y
equivocarse que empezar a buscar culpables por no haber hecho lo que querías.
-Se
coherente:
examina si lo que dices se corresponde con lo que piensas y sientes.
-Cultiva en ti lo que
esperas de otros.
No podemos dar lo que no tenemos. “Lo que
das te lo das, lo que no das te lo quitas” Alejandro Jodorowsky:
-Practica
la fidelidad contigo mismo, si tu no eres fiel a ti
mismo no esperes que otros lo sean.
-Comprometete
con lo que empiezas; no dejes las cosas a
medias, si una tarea es importante para ti, hazla hasta el final, si quieres
cultivar la pasión en tu vida, realiza tus tareas con pasión.
-Aprende a decir
que no: Si realmente no quieres hacer algo, no lo hagas y no te
justifiques, se coherente.
-Cultiva
la fuerza de voluntad, es fácil caer en la
autocomplaciencia pero si no quieres caer en ser uno más del rebaño has de
cultivar la fuerza de voluntad poque la vas a necesitar sino quieres dejarte
llevar por las opiniones ajenas.
- Toma
tus decisiones desde el amor y no desde el miedo; si
haces algo, hazlo porque realmente lo quieres hacer no por miedo a lo que puede
pasar si no lo haces.
-Busca a
los de tu manada, busca el apoyo de
aquellos que se muestran con autenticidad:
“ Quien
es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de
ser lo que es”. - Jean Paul Sartre
Seguro
que a tí también se te ocurren muchas otras maneras de llegar a ser la mejor
versión de nosotras mismas, compartelo con nosotras en comentarios.
No hay comentarios
Gracias por los comentarios