Esto
me llevó a pensar sobre la motivación. Desde luego en este caso la motivación
no le pilló tumbado en el sofá con el aire acondicionado sino que fue él, el
que llamó a la motivación.
Todos
hemos tenido épocas en las que estamos desilusionados, no nos salen las cosas
como queremos, nos hemos llevado alguna decepción y algún proyecto que
empezamos con mucha motivación ha quedado relegado, porque la motivación nos ha
abandonado.
Aquí
tenemos la cara y cruz de la moneda. La motivación no es permanente pero la
buena noticia es que si ella no viene a nosotros, nosotros podemos ir a ella
creándola día a día.
Podríamos
decir que si realmente tienes muchas ganas de hacer algo, lo tienes en mente
desde hace tiempo, lo más probable es que la motivación esté, escondida, pero
esté. Tal vez está debajo de una bruma de confusión o de miedo pero está. La
clave no es esperar a que llegue la motivación sino disipar la bruma que está
obstaculizando nuestra motivación.
A
veces tenemos una serie de bloqueos que lo llenan todo de bruma y no nos dejan ver
la motivación, te cuento algunos de los que nos obstaculizan, que
seguro te suenan:
-Esperar
a estar completamente motivados y con plena convicción de que nos saldrán las
cosas bien. Lo que lleva a la motivación es la acción, en cuanto des los
primeros pasos tendrás más ganas de continuar, la inercia actúa a nuestro
favor. Y respecto a la convicción de que todo va a salir bien, tendremos que
lidiar con la incertidumbre, porque vivir es lo que tiene.
-Esperar
a tener la suficiente confianza y seguridad en nosotros mismos. Aquí igual
que en el caso anterior, irás ganando la seguridad a medida que emprendas
acción. Ya os conté la anécdota de cuando aprendí a andar en bicicleta que me
daba más miedo que un nublado, y pasar a la acción es lo que me dio la
seguridad y la motivación.
-No
tener ni idea de cómo empezar a hacer lo que quieres hacer. Esto es algo
que desmotiva mucho, quieres hacer algo pero no tienes ni idea de cómo hacerlo,
pues da igual empieza y en cuanto tomes acción irás viendo la luz al final del
túnel.
Como
ves de los obstáculos anteriores, lo que nos lleva a recuperar la motivación es
la acción. Es decir, olvídate de la motivación y pasa a la acción, ponle pasión
y diversión a todo lo que hagas. “Actúa: el primer paso es la mitad del camino”
Visto esto, tomemos acción, pequeños y simples pasos que nos pueden ayudar a
recuperar la motivación:
-Cambia
tu perspectiva: cuando estás desmotivado es fácil dejarse llevar por la
negatividad. De hecho, tal vez tengas motivos, no es fácil estar motivado
cuando las cosas te salen mal pero si es posible cambiar la actitud que tienes
ante los problemas:
Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor,
siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento. Viktor
Frankl
-Revisa
tu diálogo interno: cuando estás desmotivado sueles fijarte en todo lo
negativo, tú dialogo interno es negativo. Si eres consciente de tus
pensamientos, también puedes elegir mejorarlos. Una manera de hacerlo es
practicar la gratitud, enfocándote conscientemente en lo positivo que tienes
que agradecer, disiparás esa negatividad.
-Cuida
el lenguaje: cuando te pilles en este dialogo interno negativo cámbialo por
otro más positivo: en lugar de “no puedo hacerlo” di “¿Cómo puedo hacerlo?
-Cambia
tu postura corporal: al estar desmotivados tendemos a ir cabizbajos y encogidos
como el jorobado de Notre Dame. Ponte recto y sonríe aunque no tengas ganas,
las ganas llegarán. Actúa como si estuvieras motivado.
-Se
honesto: si te sientes mal habla con un amigo, te darás cuenta de que no
eres el único que pasas por momentos de desmotivación y te servirán de apoyo.
Intenta ceñirte a los hechos de porque estás desmotivado sin caer en el rol de
la víctima.
-Sal
afuera y conoce gente: ya que estás en esta situación intenta conectar con
gente que estando en tu situación o habiendo pasado por algo similar han
conseguido recuperar la motivación, te pueden servir de referente.
-Recuerda
tu para qué: a
mí este me parece uno de los aspectos más importantes, cuando tienes clara tu
visión, el para qué quieres conseguir una meta, llevarás a cabo las acciones
necesarias con mucha más motivación.
Hemos
mencionado anteriormente el caso de mi amigo que se va a correr en pleno
agosto, las ganas son diferentes cuando tienes claro que quieres conseguir con
ello que si no sabes para que lo haces.
Visualiza
lo bien que te vas a sentir cuando hayas logrado lo que quieres. Tómate la vida
como un juego y juégalo siendo fiel a ti mismo y haciendo aquello que te motive.
Piensa en los beneficios de conseguir aquello que quieres.
Fíjate
que diferente se puede ver una misma realidad cuando tenemos un para qué:
Cuenta una
vieja historia que en una antigua e importante ciudad europea en el medievo
había tres hombres trabajando en una obra. Los tres estaban colocando piedras,
una tras otra, que iban uniendo con argamasa.
Se acercó un
peregrino al primero y tras saludarle le preguntó con curiosidad sobre lo que
estaba haciendo. Casi sin mirarlo, incluso algo molesto ante quien pregunta lo
obvio, el hombre que estaba trabajando le dijo que estaba poniendo ladrillos.
Se acercó el
peregrino a un segundo hombre que estaba trabajando unos metros más allá y con
la misma curiosidad, tras saludarlo, también le preguntó sobre qué era lo que
estaba haciendo. Este segundo hombre le dijo que estaba levantando una pared.
Aun tuvo
curiosidad el peregrino para acercarse al tercer hombre que estaba unos metros
más allá y tras saludarle también le pregunto sobre qué era lo que estaba
haciendo. Este tercer hombre, miró con entusiasmo al peregrino y le espeto:
estoy construyendo una hermosa catedral.
-Créate
un plan de acción: hemos comentado antes que a veces la motivación está
empañada de bruma porque tenemos tal caos mental que no sabemos cómo hacer las cosas
ni cómo empezar que nos desmotivamos. Créate un plan de acción, organízate en
una agenda las distintas actividades que quieres realizar y ponles fecha.
-Utiliza
música motivadora y videos de motivación, inspírate con las cosas del día a día,
ponte post inspiradores.
-Créate
un lugar de trabajo agradable y organizado.
-Búscate
un compañero con el que te comprometas en cumplir determinadas acciones,
eso te ayudará a mantenerte motivado.
-Crea
automatismos y rutinas diarias que te ayuden a motivarte: deporte, rutinas
de agradecimiento, diario de logros, visualizaciones, afirmaciones, etc.
-Ponte
las cosas fáciles: si estás pensando en ir a nadar al día siguiente y sabes
que tu motivación se puede ver quebrada, prepárate la bolsa el día anterior,
tenlo todo dispuesto para no poder ponerte excusas.
-Simplifica
tus tareas: Si hay algo que tienes que hacer que te abruma, elimina lo
accesorio y céntrate en lo importante, no te dejes cegar por el perfeccionismo.
-Haz
las tareas difíciles primero
-Elimina
las distracciones a tope para evitar caer en la procrastinación
-Obtén
resultados y festéjalos
-Sumérgete
en el tema pero no descuides las demás áreas de tu vida que van bien, a
veces es necesario desconectar y apoyarnos en otra cosa para llevar mejor los
momentos de bajón.
-Rodéate
de gente con objetivos similares a los tuyos. Ya sabes que cada uno tiende
a identificarse con los de su manada.
Como
puedes ver la motivación es algo que va y viene. No podemos esperar estar
siempre motivados pero sí que podemos ser parte activa para recuperar la
motivación perdida y para dispersar la bruma que está bloqueando nuestra
motivación.
Y tú
¿Qué haces para motivarte? Cuéntanoslo en los comentarios y comparte este
artículo con todo aquel que necesita de motivación.