A la hora de poner excusas para no hacer lo que realmente
queremos con nuestro tiempo o con nuestro trabajo ya no somos tan creativos y recurrimos principalmente a dos excusas, el
tiempo y el dinero. Lo peor de todo no es que no seamos creativos, sino que nos
creemos nuestras propias excusas.
Hoy precisamente estaba hablando con una amigo y hablando de estos temas me he encontrado a
mi misma explicándole porque había ido postergando varias cosas y ahí me he
visto en las de siempre, que no he tenido tiempo y ¿en que se me ha ido ese
tiempo? Pues que no lo sé oye, que ha debido ser que se ha esfumado.
Si ya ha sido interesante verme poner excusas tontas de por
qué no hago esto y lo otro ha sido más interesante aún el hablar con una amiga
con la que no hablo desde hace meses y me ha preguntado que tal iba con aquello
que le comenté hace tiempo. Ay Dios, que lo he ido postergando. Si parezco José
Mota con aquello de “hoy no, mañana”
Te preguntarás que si le he dado la excusa del tiempo, pues
no mira, no, porque me hubiera sentido todavía más ridícula, como le digo
yo a una amiga que tiene más de 50 años, que tiene dos hijos de unos veinte
años, vida familiar, ocupaciones varias y que esta año ha empezado la universidad
que no tengo tiempo. Si lo mismo me hubiera dicho que ya lo hace ella por mi,
que le sobra tiempo.
Este caso te puede parecer curioso, que alguien de esa edad
se aventure a estudiar pedagogía a esas alturas. Estarás diciendo que hay pocas
personas así, que puedan sacar el tiempo, pues te diré que haberlas hailas,
como “As Meigas”, dirían los gallegos.
Si lo ves como algo lejano te daré otro ejemplo. Otra amiga
que el año pasado trabajó conmigo y que ahora a sus casi 40 años se ha animado
a estudiar Medicina. Por poner dificultades esta gana, 4 retoños, la más
pequeña de 3. El año pasado su marido estuvo en paro pero una vez que ya ha
despegado con su trabajo autónomo ahora le toca a ella perseguir su sueño.
Lo sé, lo sé, que es
dificil, que lo mismo fracasan, que tiene que costar mucho a esa edad
ponerse a hacer una carrera de nuevo. Incluso
si te pillo en un día gris lo mismo me dices que fracasan seguro. Pues yo
te pregunto, y ¿de ser así? ¿que pasa?
¿sería realmente tan dramático? Dudo que las sacasen el la tele diciendo “mira,
ahí van las locas de la uni”, o que las condenaran a cadena perpetua o que su
familia dejase de quererlas.
Poniéndonos en el peor de los casos volverían a sus casa
habiendo vivido una experiencia, habiendo tratado de realizar sus sueños,
conociendo gente y viviendo que de eso se trata. ¿Que hubieran ganado de no intentarlo? Pues tal vez noches en vela
preguntándose que hubiera sido de su vida si por lo menos lo hubieran
intentado.
Curiosamente estas dos amigas mías son Polacas, esto me ha llevado a preguntarme que más
cosas en común tienen estas dos mujeres. La nacionalidad no es lo único,
las dos son mujeres positivas, luchadoras, que buscan algo más para su vida.
Que aún atenazadas por el miedo se arriesgan a intentalo. Son empáticas, cuando
les cuento algo que no me atrevo a hacer me dicen que me entienden, y yo me
pregunto ¿ como pueden ser tan comprensivas conmigo cuando yo soy una cagueta y
ellas unas valientes?. Pero luego me explican que claro que me entienden, que
ellas también tienen miedo. Lo que las
hace tan valientes a pesar del miedo es que siguen adelante y encima son tan
grandes que te muestran su debilidad
¿Qué no hacen estas
mujeres? Hablar mal de otros, echar al traste los sueños de los demás,
quejarse de lo dificil que es todo, renunciar y quedarse con algo menos de lo
que ellas quieren. Tampoco van de super mujeres que dicen poder con todo. De
eso nada, te hablan de sus
miedos, de su cansancio, de sus dudas.
Pero ¿sabes lo que
veo yo cuando me hablan de sus miedos, del precio que les supone seguir sus
sueños? Veo entusiamo, veo mujeres serenas que son auténticas y fieles a sí
misma. Que irradian consciencia y fortaleza a la vez que muestran su
vulneravilidad y crecen cada día más.
Y sobre todo lo que
más veo es que viven, viven y viven como ellas quieren desde la libertad, desde
la elección.
¿Vas a quedarte en el
sofa pensando o vas a vivir? Recuerda, tu elijes
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