La fuerza de voluntad es como un músculo, se puede entrenar, pero ojo! También se agota, por lo que hay que saber dosificarla. La fuerza de voluntad no nace, se hace.
Para poder entrenar nuestra fuerza de voluntad conviene antes saber cuales son aquellos obstáculos que nos lo pueden poner más difícil:
FRENOS A LA HORA DE DESARROLLAR NUESTRA FUERZA DE VOLUNTAD
-Falta de claridad: si no tenemos claro lo que queremos y el para qué lo queremos nos será mucho más difícil desarrollara la fuerza de voluntad.
Ej: ¿que quiero? Tener mucho dinero. Si bien, esto es un objetivo claro, lo importante aquí sería para qué: por ejemplo, para poder viajar a donde quiera, para poder comprarme una cosa en la playa o para poder disfrutar de mi tiempo libre.
-Falta de organización: no dejes que reine el caos. Pongamos por caso que te planteas ir a nadar un par de días a la semana y luego ves el tiempo y te da pereza. Hazlo más fácil y deja las cosas preparadas el día anterior.
-La procrastinación: ya te conté en este artículo como nuestra mascota, el monito de la gratificación instantánea, nos engaña para que hagamos algo fácil y gratificante en lugar de aquello que nos requiere un esfuerzo.
Y ahora sí, vamos al lío:
COMO FOMENTAR NUESTRA FUERZA DE VOLUNTAD
Entrenarla como un músculo:
-Haz lo más importante, lo que más pereza te da, lo primero.
-Créate rutinas, hábitos: se requiere fuerza de voluntad para crear hábitos pero una vez que los hayas creado, estos hábitos trabajarán por ti.
Ojo con la exigencia y el perfeccionismo, si un día no lo cumples no pasa nada, se compasivo, no te boicotees.
-Haz cada día algo que no te apetezca, sal de la zona de confort.
-Recuerda que la fuerza de voluntad se agota, así que planea también momentos de descanso.
-La voluntad se entrena a poquitos, vete paso a paso.
-Pequeños actos de voluntad, comienza con algo pequeño.
-No quieras cambiar demasiadas cosas a la vez.
-Conquista por partes: piensa en grande y actúa en pequeño.
Tener claro cual es tu para qué y planificar
-Ganar claridad: tener claros tus objetivos y tu para qué.
-Establecer tus objetivos por escrito y ponerte fechas límite para llevarlos a cabo.
-Mide tu progreso y celebra tus éxitos.
-Camina en la dirección de lo que quieres.
-Rodéate de la gente correcta.
-Proyéctate en el futuro: cómo te gustaría estar dentro de un tiempo concreto.
-Evita las distracciones.
-Búscate un compañero de andanza con quien puedas compartir tus metas y progresos.
-Cambia tu diálogo interno, recuerda que la manera en la que te hables a ti mismo determina como vives tu vida. Tu mentalidad determina tu destino.
-Gestiona bien tu tiempo y sácale el jugo a la vida.
Ser perseverante y comprometerte contigo mismo
Seguro que te ha pasado alguna vez, que no has terminado lo que habías comenzado y eso te ha hecho sentirte fatal. O que te has faltado la palabra a ti mismo cuando tenías pensado hacer algo y al final no lo has hecho.
Y es que, cuando nos faltamos la palabra a nosotros mismos, dañamos nuestra autoestima.
Recuerda que la vida es una carrera de resistencia, tenemos que ir poniendo ladrillo a ladrillo.
Donde va nuestro foco va nuestra energía, por eso hay que saber muy bien que es lo que queremos y enfocarnos a tope en ello.
En ocasiones cuando nos planteamos objetivos a largo plazo y nos cuesta obtener resultados nos resulta difícil seguir motivados y es duro perseverar y no tirar la toalla pero recuerda que para poder cosechar hay primero que plantar, para poder más tarde, recoger los frutos. Nada mejor que una fábula para ilustrar todo esto:
El Helecho y el Bambú
Un día decidí darme por vencido...renuncié a mi trabajo, a
mi relación, a mi vida. Fui al bosque para hablar con un anciano
que decían era muy sabio.
-¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.
-Mira a tu alrededor, me respondió, ¿ves el helecho y el bambú?
-Sí, respondí.
-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
-En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.
-El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
-¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Le dijo el anciano y continuó...
-El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
-Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida, le dijo el anciano y continuó...
-La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante...
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá sólo estés echando raíces…
Si te ha gustado este artículo compártelo con todo aquél que lo pueda necesitar y suscríbete a mi canal para recibir inspiración semanal.
-¿Podría darme una buena razón para no darme por vencido? Le pregunté.
-Mira a tu alrededor, me respondió, ¿ves el helecho y el bambú?
-Sí, respondí.
-Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. El helecho rápidamente creció. Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.
-En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el tercer año, aún nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú.
-En el quinto año un pequeño brote de bambú se asomó en la tierra. En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante.
-El sexto año, el bambú creció más de 20 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces que lo sostuvieran. Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.
-¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces? Le dijo el anciano y continuó...
-El bambú tiene un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos son necesarios y hacen del bosque un lugar hermoso.
-Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida, le dijo el anciano y continuó...
-La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde. El éxito te mantiene brillante...
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá sólo estés echando raíces…
Si te ha gustado este artículo compártelo con todo aquél que lo pueda necesitar y suscríbete a mi canal para recibir inspiración semanal.
Qué linda reflexión.
ResponderEliminarCreo que uno de los problemas más comunes por los que no tenemos fuerza de voluntad, es por la procrastinación.
Mientras leía esto, me di cuenta que yo caigo perfecto en todo lo que dices, y siempre pienso en que no puedo con las cosas, o me siento abrumada, tanto que al final no hago nada.
El "overthinking" es algo que también tenemos que evitar, y como bien lo mencionas, ponernos metas claras y saber para qué, nos puede servir para que sigamos adelante y con un camino claro.
Me encantó tu blog!
Un saludo!
Gracias Carolina, eso del "overthinking" nos pasa a muchos jajaja, nos liamos a rumiar y rumiar una idea y no llegamos a nada
EliminarUn artículo muy bien explicado y estructurado; sin embargo,¿de qué me acordaré cuando me vaya a dormir? Sin duda, de la fábula del bambú y el helecho. Me ha impactado y tardaré en olvidarla. A veces, las historias más insignificantes esconden una gran belleza y moraleja. Muchas gracias! Un saludo. Sayuri
ResponderEliminarGracias Sayuri, a mi también me encantó la fábula
EliminarExcelente post! Sin duda, mi mayor defecto es la falta de organización. Suelo intentar hacer mil cosas a la vez y, claro, al final no hago ni una cosa ni la otra. Me han parecido muy interesantes tus consejos.
ResponderEliminarUns aludo,
Gracias Ana, espero que te sirvan los consejos
EliminarBuenísimos todos los tips que diste, me voy a guardar el post para cada vez que me sienta abrumada y eso haga que mi fuerza de voluntad flaquee. Le doy +1!
ResponderEliminarLa parte de la organización me parece indispensable.
Besos!
Muchas gracias Nicole! me alegro de que te sirva
EliminarExcelente aporte en un tema que en algun momento de la vida nos compete a todos, me ha gustado mucho la forma como lo desarrollaste, para mi ha sido un excelente aporte a mi experiencia, muchas gracias por compartir!
ResponderEliminarMuchas gracias Andrea!
EliminarMuy bien explicado todo, tanto el artículos como el vídeo. Lo voy a poner en marcha con mis alumnos de 15 años, que tiran la toalla y desesperan cuando no obtienen buenas calificaciones, y es difícil levantarles el ánimo.La fabula me ha encantado, especialmente la moraleja, que acabo de apuntar para que no se me olvide. Sin duda un post muy interesante y productivo, gracias por compartirlo. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias Charo, espero que te haya venido bien con tus alumnos
EliminarExcelente post para leer y releer. Ciertamente, para movernos debemos preguntarnos ¿a dónde? ¿para qué? ¿por qué?. Si no ponemos el foco, no sabremos cómo llegar al destino. Tener claro objetivos nos facilita organizarnos. Conocía la fábula y me ha encantado leerla de nuevo. El bambú crece alto, fuerte y flexible y se toma su tiempo. Una enseñanza para la cultura actual de las prisas y "lo quiero ahora". Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Mönica, me alegro de que te haya gustado!
EliminarExcelente reflexión, creo como bien lo mencionas que la base priomordial apra aumentar la fuerza de voluntad, ser productivos y avanzar es ser organizado, tener una buena planeación y ponernos en acción...claro siempre teniendo nuestra visión y objetivos bien establecidos....
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarMuy cierto es tan importante tener fuerza de voluntad para echar andar nuestros sueños y metas, creo que la organización es clave para poder lograrlo y el consejo que nos das de hacer primero aquello que no nos gusta, la historia del helecho y el bambú me gusto mucho por la lección que nos deja a veces damos por perdido algo y luego nos sorprendemos de los resultados, me quedo con esta frase: Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida.
ResponderEliminarGracias Rebeca, me encanta tu reflexión: Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida.
EliminarHola guapa, ojalá hubiera leído tu post hace unos meses aunque desde luego no está de más hacerlo ahora. Una de mis grandes tareas año tras año ha sido ponerme a dieta o, más bien, cuidarme y el 1 de septiembre me prometí a mí misma que ya no había excusas. Determinación, organización y fortaleza son claves para mí pero sobre todo también no castigarte si a veces te vas un poco del camino establecido (pero poco, eh?). Muaksss
ResponderEliminarGracias Vanesa, que grandes cualidades, determinación, organización y fortaleza!
EliminarPlanificación y compromiso son dos de las muchas ideas que he visto en este post con las que me quedo, porque definitivamente la fuerza de voluntad es de las cosas más complicadas de trabajar y de mantener. Mucho tenemos que hacer y la verdad merece mucho la pena, así que bien por ello, a seguir tus ideas, consejos y tips que están súper :)
ResponderEliminarMuchas gracias Diana, que importantes la planificación y el compromiso
Eliminar