VIVIR CON PASIÓN, AQUÍ Y AHORA


Resulta que hoy es San Valentín y me he encontrado un artículo sobre los origenes de esta festividad y como era o no celebrada en los distinto países. A cada uno le inspirará algo diferente o tal vez nada, a mi me ha hecho pensar en la pasión.


Pero si estás pensando que te voy a hablar del amor romántico o de la pasión en la pareja te has caído con todo el equipo porque no, no te voy a hablar de esa pasión, sino de la pasión por la vida, de esa que es la que muchas veces nos hace tirar para adelante, esa que nos hace disfrutar del aquí y del ahora cuando hacemos algo que nos gusta y de esa que nos hace romper con lo establecido.

Pero ¿y que es la pasión? ¿se puede cultivar la pasión? Y más importante aún ¿se puede vivir sin pasión?

¿Te acuerdas cuando eras un niño y fuiste a la playa o a esquiar o al circo o a cualquier otro sitio al que fueras por primera vez? Tal vez no pudiste ni dormir de la emoción, si le contabas a alguien lo que ibas a hacer te brillaban los ojos. Eso es pasión amiga, vivir ilusionada, tener algo que esperar.

Yo recuerdo que cuando trabajaba como profesora de inglés tenía alumnos de entre 3 y 72 años, lo que más me llamaba la atención en los niños, era el brillo de sus ojos y cuando les planteabas hacer algó nuevo saltaban de alegría y se les iluminaba la mirada. 

Lo que pasa que a veces esa pasión que teníamos en la niñez la vamos perdiendo. Estamos tan metidos en nuestro día a día que vamos como un burro con orejeras, no vemos lo bonito de nuestro alrededor y ya no vivimos las cosas con ilusión, vas al trabajo como cualquier otro día más, esperando que llegue el viernes, ves a la misma gente, cojes el mismo autobus y haces las mismas cosas. 

Rechazas lo nuevo porque te da pereza y parece que hayas perdido al ilusión. O simplemente te has acomodado, estás bien, estás  a gusto pero sientes que te falta algo.  ¿no será que te has acomodado tanto que has perdido la ilusión y la pasión?

vivir con pasión


No me digas que eso le pasa a todo el mundo al hacerse mayor porque ejemplos de gente apasionada hay por doquier, mira sino:

-Walt Disney: niño abandonado, mal estudiante, pero con un sueño y mucha pasión, ya lo decía el, “Si puedes soñarlo puedes hacerlo, todo comenzó con un simple ratón”

-Jaume Sanllorente; no hay que irse tan lejos, nos podemos quedar en España, el fundador de la ONG Sonrisas de Bombay, un joven que durante un viaje de ocio a la India conoce la triste realidad de los niños en Bombay y decide crear su propia ONG que actualmente contribuye a la lucha contra la pobreza y la mejora de la igualdad de oportunidades en la ciudad de Bombay. La pasión por su proyecto le llevo a mejorar considerablemente la situación de muchas personas en la India.

-Y que me dices del día a día, que está plagado de ejemplos, esos profesores apasionados que consiguen que a los alumnos les gusten sus materias, la apasionada de la moda que poco a poco va creando su propio taller o el cocinero que va experimentando hasta llegar a tener una o varias estrellas michelín.

Tu también puedes vivir con pasión ya que eres el arquitecto de tu propia vida, ¿Cómo se vive con pasión? Sabiendo que día que pasa no vuelve, vivir cada momento intensamente como si fuera tu último día, ya lo decía Steve Jobs: “Recordarte que vas a morir, es la mejor forma que conozco para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo, no hay razón alguna para no seguir tu corazón”

Piensa en que es lo que te gusta, que hace que te brillen los ojos, que se te desate la sonrisa, que te mueva por dentro. Vivir una vida con pasión comienza por escucharnos, por seguir nuestra intuición, por sentir que es aquello que nos mueve y darle cabida a nuestras emociones, dejarnos llevar por nuestras ideas aunque nos parezcan disparatadas. 

Vivir con pasión es arriesgarnos a hacer algo que tememos hacer porque es lo que nos pide el cuerpo, expresar nuestras emociones o nuestros puntos de vista aunque fuera más fácil callarnos. Defender nuestros ideales aunque ellos nos conlleve enfrentarnos con lo establecido.

 Vivir apasionadamente significa luchar por tu objetivo aunque sepas que tal vez no los consigas nunca, es poner toda la carne en el asador cuando te embarcas en algo nuevo, es poner todos tus sentidos en aquello que quieres, es disfutar como un niño cuando haces algo que te gusta, es tratar de ver lo bonito en todo aunque tengas un día de mierda, es involucrarte con las cosas y las personas aún a riesgo de salir dañado, es estar con todo tu ser en el momento presente y no sólo estar de paso, es mostrar tu vulnerabilidad a riesgo de ser criticado.

 Vivir con pasíon es vivir de acuerdo a tus valores, a tus ideales, a lo que dicta tu corazón. Ser apasionado es tratar de ser la mejor versión de ti mismo, ser autentico.  Vivir con pasión es vivir y no sólo sobrevivir. Vivir con pasión es sentir la libertad, amar y compartir el amor por la vida, romper las barreras internas y crecer.

Y lo más importante, ¿cuando vas a empezar a vivir tu vida con pasión?
vivir con pasión

TOMA LAS RIENDAS DE TU VIDA: dejate de excusas, a otro perro con otro hueso

Si en algo somos creativos los humanos es en lo de ponernos excusas, que no te apetece hacer algo, pues nada, te dices que tienes que pasear al perro, que tienes que arreglar la bicicleta, lavar la ropa, o mil cosas.

A la hora de poner excusas para no hacer lo que realmente queremos con nuestro tiempo o con nuestro trabajo ya no somos tan creativos y recurrimos principalmente a dos excusas, el tiempo y el dinero. Lo peor de todo no es que no seamos creativos, sino que nos creemos nuestras propias excusas.

Hoy precisamente estaba hablando con una amigo  y hablando de estos temas me he encontrado a mi misma explicándole porque había ido postergando varias cosas y ahí me he visto en las de siempre, que no he tenido tiempo y ¿en que se me ha ido ese tiempo? Pues que no lo sé oye, que ha debido ser que se  ha esfumado.

Si ya ha sido interesante verme poner excusas tontas de por qué no hago esto y lo otro ha sido más interesante aún el hablar con una amiga con la que no hablo desde hace meses y me ha preguntado que tal iba con aquello que le comenté hace tiempo. Ay Dios, que lo he ido postergando. Si parezco José Mota con aquello de “hoy no, mañana”


no busques excusas



Te preguntarás que si le he dado la excusa del tiempo, pues no mira, no, porque me hubiera sentido todavía más ridícula, como le digo yo a una amiga que tiene más de 50 años, que tiene dos hijos de unos veinte años, vida familiar, ocupaciones varias y que esta año ha empezado la universidad que no tengo tiempo. Si lo mismo me hubiera dicho que ya lo hace ella por mi, que le sobra tiempo.

Este caso te puede parecer curioso, que alguien de esa edad se aventure a estudiar pedagogía a esas alturas. Estarás diciendo que hay pocas personas así, que puedan sacar el tiempo, pues te diré que haberlas hailas, como “As Meigas”, dirían los gallegos. 

Si lo ves como algo lejano te daré otro ejemplo. Otra amiga que el año pasado trabajó conmigo y que ahora a sus casi 40 años se ha animado a estudiar Medicina. Por poner dificultades esta gana, 4 retoños, la más pequeña de 3. El año pasado su marido estuvo en paro pero una vez que ya ha despegado con su trabajo autónomo ahora le toca a ella perseguir su sueño.

Lo sé, lo sé, que es dificil, que lo mismo fracasan, que tiene que costar mucho a esa edad ponerse a hacer una carrera de nuevo. Incluso si te pillo en un día gris lo mismo me dices que fracasan seguro. Pues yo te pregunto, y ¿de ser así? ¿que pasa? ¿sería realmente tan dramático? Dudo que las sacasen el la tele diciendo “mira, ahí van las locas de la uni”, o que las condenaran a cadena perpetua o que su familia dejase de quererlas. 

Poniéndonos en el peor de los casos volverían a sus casa habiendo vivido una experiencia, habiendo tratado de realizar sus sueños, conociendo gente y viviendo que de eso se trata. ¿Que hubieran ganado de no intentarlo? Pues tal vez noches en vela preguntándose que hubiera sido de su vida si por lo menos lo hubieran intentado.

Curiosamente estas dos amigas mías son Polacas, esto me ha llevado a preguntarme que más cosas en común tienen estas dos mujeres. La nacionalidad no es lo único, las dos son mujeres positivas, luchadoras, que buscan algo más para su vida. Que aún atenazadas por el miedo se arriesgan a intentalo. Son empáticas, cuando les cuento algo que no me atrevo a hacer me dicen que me entienden, y yo me pregunto ¿ como pueden ser tan comprensivas conmigo cuando yo soy una cagueta y ellas unas valientes?. Pero luego me explican que claro que me entienden, que ellas también tienen miedo. Lo que las hace tan valientes a pesar del miedo es que siguen adelante y encima son tan grandes que te muestran su debilidad

¿Qué no hacen estas mujeres? Hablar mal de otros, echar al traste los sueños de los demás, quejarse de lo dificil que es todo, renunciar y quedarse con algo menos de lo que ellas quieren. Tampoco van de super mujeres que dicen poder con todo. De eso nada, te hablan de sus miedos, de su cansancio, de sus dudas. 

Pero ¿sabes lo que veo yo cuando me hablan de sus miedos, del precio que les supone seguir sus sueños? Veo entusiamo, veo mujeres serenas que son auténticas y fieles a sí misma. Que irradian consciencia y fortaleza  a la vez que muestran su vulneravilidad y crecen cada día más. 

Y sobre todo lo que más veo es que viven, viven y viven como ellas quieren desde la libertad, desde la elección.

¿Vas a quedarte en el sofa pensando o vas a vivir? Recuerda, tu elijes

toma las riendas de tu vida


AUTENTICIDAD: La clave para ser la mejor versión de nosotros mismos

Que maravilla lo de hacer lo que te de la gana, vivir como tu quieres, decir lo que quieres, muy grande, sí, y cuantas veces lo decimos, “yo digo lo que pienso”,” yo hago lo que quiero” e incluso tenemos grandes expresiones en nuestro lenguaje, yo me pongo el mundo por montera, yo hago de mi capa un sayo.

Grandes expresiones, si señor, sobre todo cuando de verdad, pero de verdad, no de boquilla, las podemos utilizar.  Muchas veces, cuando hablo con mujeres de otras culturas sobre, por ejemplo, el modo de vestir o actitudes vitales que a mi me resultan curiosas, muchas veces me dicen que lo hacen porque ellas son así, por elección propia y yo tiendo a cer en el juicio, pienso que si es realmente una mera cuestión de influencia cultural y bla, bla, bla.

Cuando me paro a pensarlo y juzgo como si yo fuese alguién para decir que es lo que está bien o está mal!) que realmente no lo hacen por qué quieren sino por mero condicionamiento social me miro al espejo y digo, ¿y yo? ¿realmente hago las cosas porque quiero o por qué es lo que se espera de mi? Y si, muchas veces hago las cosas porque realmente quiero, pero muchas otras no.

Autenticidad

Párate a pensarlo, ¿cuanta gente hay que estudia una carrera, se compra un piso, busca un trabajo y un largo etc.. porque toca? ¿No estaremos cayendo nosotras también en eso? A mi me decía la gente hace años que era una persona muy diplomática pero hace tiempo que no me lo dicen, ¿por qué será?

A raiz de vivir en Alemania y no tener los recursos linguísticos en mi idioma e influída también en parte por el caracter alemán, decía las cosas de una manera muy directa, en ocasiones hasta caía en la bordería.

Lo curioso es que cuando estoy en España, aquí sí que tengo los recursos linguísticos para ser diplomática, pero ya no lo soy, soy directa, incluso a veces hasta demasiado, y yo me preguntó ¿será que ya no soy diplomática? o peor aún, ¿será que nunca lo fuí?

He ahí la cuestión, me gusta ser diplomática, pero sólo a veces, sólo cuando lo que tengo que decir puede herir a alguien, entonces si, pero porque quiero, porque si está en mi mano le quiero evitar un mal rato a alguien.Pero no, la verdad es que en general no me apetece ser diplomática y andarme por las ramas, me apetece mucho más llamar a alguien rabo lechón cuando lo creo necesario que andarme con circunloquios. Pero en cierto modo era lo que se esperaba de mi y yo asumí mi rol asumiéndolo como propio.

Y esto no es más que un ejemplo un tanto simplón, pero ¿cuantas cosas hacemos por agradar a otros, por no defraudar las expectativas de nuestra familia, por no quedar mal o peor aún y esto es lo más habitual, por pertenencia, por no ser el raro, el que en todo difiere, el desplazado, el perro verde?.

BUSCA A TU MANADA: AQUELLOS QUE TE HACEN CRECER (entre perros anda el juego)

Pues sí, lo confieso: la primera vez que lo ví pensé: wow!! vaya cosa guapa, me parecía tan lindo!. No medía uno ochenta ni tenía ojos azules, era más bien pequeño y peludo: un cachorro de golden retriever. Yo nunca había tenido una mascota, llegó a mi vida de casualidad, como tantas otras cosas buenas llegan a nuestra vida, y desde entonces empecé a ser una apasionada de la naturaleza y los animales.

Un día se me presentó la oportunidad de acompañar a un grupo de personas invidentes como interprete en su viaje a USA. La idea era recoger a sus perros guía (unos preciosos labradores de brillante color azabache) y hacer un curso de adiestramiento con ellos. Esta ha sido, de hecho, una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.

Vivir todo el proceso, desde que humano y peludo se conocen hasta que se crea ese vínculo de confianza y afecto no tiene precio. Es un proceso lento, en ocasiones complicado, donde esta nueva pareja ha de conocerse, comprender sus ritmos, comunicarse y llegar a un vinculo emocional tal que la persona pueda confiar en que su perro le guíe hasta su destino, salvando todos los obstaculos.

Poco a poco, se iban viendo los progresos y el último de nuestros retos demostró con creces el nivel de compenetración alcanzado: se trataba de una fiesta nocturna, en la calle, con gente bebiendo, bailando y haciendo ruido. Los perros habían de ser capaces de guíar a sus dueños lidiando con todos los obstáculos y lo consiguieron, vaya si lo consiguieron!!!. Yo que iba detras, observando, me veía tentada a decir, “cuídado aquí” o “cuidado allá” pero afortunadamente no hizo falta.

Es extraordinario observar como este vínculo tiene un impacto tan fuerte en el crecimiento de las personas, como para mis compañeros de viaje, que hasta ahora habían tenido suficiente con el bastón, se abría un nuevo mundo de posibilidades. Podían ampliar sus horizontes y marcarse nuevas metas porque tenían un apoyo incondicional que les iba a ayudar siempre, su perro guía.

Lo mismo nos pasa a nosotros, necesitamos de los otros para crecer, necesitamos apoyo, muchas veces es simplemente una palabra amable, un abrazo o que nos digan que todo va a salir bien. Solamente queremos que confien en nosotros y que sepamos que esas personas van a estar ahí cuando requerimos ayuda o nuestros proyectos personales o profesionales no salen adelante. Por eso es tan importante rodearnos de personas que compartan nuestra forma de pensar y nos ayuden a evolucionar.

nuestra manada

“Si quieres ir rápido camina sólo, si quieres llegar lejos ve acompañado” proverbio africano

En ocasiones queremos compartir nuestros sueños y proyectos con la familia o amigos cercanos y nos encontramos con respuestas que nos duelen tales como “centrate”, “tienes muchos pajaros en la cabeza”, “tu y tus cosas”. Es normal, la gente que nos quiere prefiere que nos manténgamos en nuestra zona de confort y no hagamos nada arriesgado.

Pero y tú, ¿quieres crecer? Si quieres evolucionar necesitas arriesgar y si no puedes sólo busca quién puede ayudarte, apoyate en los que son como tú, en los de tu manada, en aquellos que buscan crecer y no conformarse. Es el momento de salir de nuestra zona conocida, ampliar nuestro circulo y conocer gente afín a nuestros sueños.

¿Cómo encontrar el apoyo que necesitas?

Todo llega en su momento, las bicicletas no son sólo para el verano

En mi caso las bicicletas no eran ni para el verano ni para el invierno, nunca llegaba mi estación. A mi me encanta pasar tiempo con mi perro, Rex, y cada vez que veía a alguien por la calle montado en bicicleta con su perro corriendo al lado, me daba una envidia bárbara. Aunque parezca increíble, nunca aprendí a andar en bici en mi niñez, así que llevaba años queriendo aprender (si, si, más de treinta), pero nunca veía el momento, siempre me daba miedo, siempre encontraba una excusa.

Lo más curioso fue cuando vivía en Berlín, todo el mundo iba en bicicleta tan feliz y a mi me parecía casi un fenómeno paranormal montarme en una. Un día, saliendo de la universidad popular, una institución donde puedes hacer cursos de las temáticas más variadas posibles, el viento me lanzó un papel verde directo a la cara. Palabras textuales: curso para aprender a andar en bici para mujeres extranjeras mayores de edad, vamos, faltaba poner mi nombre, te facilitaban hasta la bibicleta!!!. Me podría haber apuntado en ese momento, pero claro, no lo hice con la excusa de que no tenía tiempo.

Luego la excusa que me dí, fue que si me rompía la crisma viviendo en el extranjero ¿quien me iba a cuidar?, allí sola, abandonada a mi suerte, a merced de los lobos, el dramatismo de las excusas era digno de cualquier novela de posguerra. Por supuesto, como habéis podido imaginar no aprendí a andar en bici y no era una sensación grata el sentir que no hacia algo por miedo

momento oportuno


Tras este periplo por el país vecino regresé a mi España natal pero no era mi destino quedarme allí por mucho tiempo así que volví al país germano dos años más tarde, Esta vez a Heidelberg, preciosa ciudad, casi de cuento, todo verde, un paseo a lo largo del río impresionante, por tener tiene hasta castillo y como no, gente feliz paseando en bicicleta. Un día, al volver a la escuela de alemán y decir a modo anecdótico que quería aprender a andar en bici, el director de la escuela me dijo que alguien había dejado una destartalada bicicleta de regalo para quien la quisiera, así que me la llevé bajo el brazo.