LA TRAMPA DE LA AUTOEXIGENCIA Y QUÉ HACER PARA QUE NO NOS PARALICE

A todos nos gusta la sensación de que vamos creciendo en la vida, fijarnos metas y conseguir nuevos retos. A fin de cuentas, ¿que sería la vida si todo se mantuviera igual y no tuviéramos logros que celebrar?

Tal vez estés pensando que para ello hace falta ser disciplinado, estar motivado y que quizás ser un poco exigente con uno mismo sea hasta necesario. Y la verdad es que yo estoy de acuerdo, nuestro crítico interno es muy necesario para tirar de nosotros y empujarnos a mejorar.

El problema reside en cuanto esta exigencia sana, que nos impulsa a avanzar, se convierte en una exigencia desmedida que nos lleva al estancamiento, la desmotivación y nos debilita nuestra autoestima.

¿Qué ocurre cuando nos exigimos demasiado?

En los momentos en los que te exiges demasiado a ti mismo marcándote, por ejemplo, metas poco realistas, cruzas la línea entre exigirte de una manera sana y flagelarte a ti mismo con expectativas imposibles que hacen que te desmotives completamente, que veas esos retos que te has marcado como una obligación y caigas entonces en el extremo contrario: la desidia.

Al plantear tus objetivos como una obligación cada vez te da más pereza llevarlos a cabo, los vas postergando infinitamente y cada vez eres más preso de la culpa y te sientes peor contigo mismo. Yo no sé tú, pero a mi me ha pasado.

Por otro lado querer ser siempre perfecto y estar siempre haciendo cosas nos lleva a un enorme agotamiento mental que paradójicamente nos ralentiza porque nos cuesta más concentrarnos, estamos más nerviosos y nuestra creatividad cae en picado. 

autoexigencia


¿Cuál es la clave para alcanzar una autoexigencia sana sin caer en la parálisis por saturación?


La clave consiste en lograr un punto medio, llegar a un equilibrio entre lo que nos exigimos y lo que somos capaces de dar, sintiendo que estamos equilibrados, que a nivel interno nos sentimos a gusto con los retos marcados y no nos suponen una carga innecesaria.

Realmente, si te fijas, muchas de las sociedades modernas están orientadas al rendimiento, pareciese que el propósito de la vida fuese producir, lo que nos lleva a estar en continuo movimiento y sin darnos cuenta nos hemos metido en la carrera de la rata. Nada más alcanzar una meta, ya nos estamos planteando la siguiente.

Y yo me pregunto ¿para qué tenemos que estar continuamente produciendo? ¿Cuál es el sentido de tener una meta si no disfrutas en el proceso de trabajar por ella porque estás completamente estresado y tampoco la disfrutas al obtenerla porque enseguida tienes que ir a por otra nueva?.

¿Cómo practicar una autoexigencia sana?


Esta es básicamente la clave de la cuestión, así que aquí te dejo unas cuantas ideas que nos pueden ayudar a conseguirlo:

-Plantearse nuevos objetivos pero teniendo en cuenta el autocuidado. Hay que priorizar lo importante y es que tus metas estén alineadas con tus valores y que cuando pienses en ellas te generen satisfacción y no obligación.

-Gestionar la frustración; es normal que cuando nuestras expectativas no se han visto cumplidas nos sintamos mal pero no es necesario echar más leña al fuego criticándonos constantemente. En este punto es importante vigilar el diálogo interno y ver cómo nos estamos hablando a nosotros mismos.

-Desdramatizar el fracaso: plantéate qué es para ti el éxito y el fracaso. El que está paralizado por el miedo sin hacer nada, probablemente no cometerá ningún error, ¿pero realmente merece la pena sobrevivir pudiendo vivir?

La libertad no vale la pena si no conlleva el derecho a errar.Gandhi


-Observa cómo son tus relaciones con otros; si no eres empático con los demás y eres exigente con ellos, es muy probable que también lo seas contigo mismo. Esto tiene consecuencias en tus relaciones con los demás pero sobre todo en tu relación contigo mismo. ¿Quién te impone todas esas obligaciones? ¿A quién has de rendir cuentas? ¿te menosprecias cuando las cosas te salen mal? Ya ves que eres tú tu peor enemigo, deja el látigo y mímate más a ti mismo.

-Plantéate tus intereses, tus necesidades y ten claras tus prioridades ¿las metas que te has planteado te proporcionan satisfacción? ¿te permites tiempos para darle vacaciones a la mente y ocuparte de ti? ¿aceptas que las cosas no siempre son como tú quieres?

-Céntrate en las acciones y no en los resultados. Tu puedes controlar lo que haces en este momento pero no puedes controlar los resultados que tendrás en un futuro. Vive el aquí y ahora y olvídate del ruido mental que te dice: “el día que tenga tal trabajo o tal pareja o haga tal viaje seré feliz...”. Recuerda que la vida es aquí y ahora. 

La trampa de la autoexigencia


-Celebra tus logros. Seguro que hay más de una cosa por la que sentirte orgulloso, solamente hay que prestar atención y darse cuenta de ello. 

“Todo tiene su belleza pero no todos pueden verla” Confucio
-Simplifica: menos es más. No tienes por qué hacerlo todo hoy, practica la paciencia. Es mejor una cosa hecha que una cosa ideada a la perfección pero nunca llevada a la práctica porque nada nos parece suficiente.

-Recuerda que la vida no te obliga a nada, tu eliges como quieres vivir.

-Plantéate metas y objetivos realistas

-Recuerda que no siempre vas a estar motivada pero que la motivación también se puede entrenar.

-Revisa tus creencias. A veces tenemos ligado el éxito con el esfuerzo y si bien hay que trabajar para conseguir nuestros objetivos, seguro que si miras al pasado te darás cuenta de que aquellos objetivos que más sencillamente has alcanzado implicaban también autodisfrute o tenías muy claro tu para qué, cuál era tu objetivo final al trazarte esa meta.

Recuerda que los baremos de exigencia son muy distintos para todo el mundo. A fin de cuentas vas a vivir contigo mismo toda tu vida así que merece la pena procurar que tus metas te hagan disfrutar, crecer personal y profesionalmente y que estén alineadas con tus valores.

Todos caemos en la autoexigencia continuamente y seguro que tú también tienes tus propios trucos para lidiar con ella así que te agradecería muchísimo que los mencionases en los comentarios y que compartieses este artículo con toda aquél al que creas que le pudiera beneficiar.

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